LA DEPRESIÓN EN LAS PERSONAS MAYORES Y EN SUS CUIDADORES

 

Los problemas emocionales tienen una alta incidencia y prevalencia en las personas de edad avanzada. Sin embargo, hay que diferenciar entre un estado de ánimo deprimido de forma puntual y una situación mantenida en el tiempo que se cronifica.

 

Los estados depresivos en personas mayores pueden aparecer como efecto secundario a un medicamento, a la pérdida en los sentidos (vista, oído), a la pérdida de alguien, o al estrés de una situación, como por ejemplo ser cuidador de una persona que tiene la enfermedad de Alzheimer u otra demencia. También están los casos en los que, a raíz del fallecimiento de su ser querido y una mala gestión del proceso de duelo, acaban teniendo una depresión.

 

 

- CUANDO LA DEPRESIÓN LA PADECE LA PERSONA CON DETERIORO COGNITIVO

 

La depresión es la patología más frecuente en mayores, sin embargo, apenas ha sido estudiada porque los síntomas depresivos en esta edad se justifican por los cambios que hay en esta época de la vida (problemas físicos, disminución de la economía, aislamiento social…). 

 

En las personas mayores institucionalizados, la aparición de la depresión mayor llega hasta en un 12%, debido a la sensación de aislamiento que sienten, la pérdida de autonomía, de intimidad, de autoestima, proyectos de futuro, la adaptación al nuevo medio y al hecho de sentir la institucionalización como el abandono por parte de sus familiares. Por ello se hace imprescindible que, en las residencias y Centros de Día, se lleven a cabo programas de estimulación cognitiva global, y se realicen actividades que fomenten la sociabilidad, autoestima, valía , autonomía, etc.

 

Las personas mayores tienen síntomas más ligeros y persistentes, combinados con ansiedad y síntomas somáticos. Existen factores estresantes asociados a la depresión en el grupo de los mayores, que pueden actuar como desencadenantes - precipitadores de un episodio de depresión:

 

Las  principales situaciones estresantes asociadas a la depresión en personas mayores son: 

 

Ø  Aparición de enfermedades físicas que pueden incapacitar funcionalmente a la persona, o aumento de dolores.

Ø  Pensamientos negativos por el pasado y sentimientos de decepción por cómo les tratan los hijos.

Ø   Pérdida de roles sociales.

Ø  Pérdidas típicas de esta edad como: la pareja, ,amigos, familiares, o aparecen enfermedades graves en personas cercanas.

 

 

Los cambios en los neurotransmisores también influyen en la aparición de la depresión. Disminuye la dopamina, noradrenalina y serotonina, al igual que la función colinérgica, y se da un aumento de la enzima monoaminoxidasa.

 

 

 

- CUANDO LA DEPRESIÓN LA PADECE EL CUIDADOR

 

Cabe destacar que la mayoría de los cuidadores de personas con demencia son personas mayores, debido a que la demencia en su mayor porcentaje ocurre a partir de los 65 años, y los cuidadores principales suele ser los cónyuges.

 

El cuidado de un familiar que tiene demencia, pone a prueba a las personas incluso a las más resilientes. Al estar a cargo de un enfermo, hay que toma medidas para preservar la salud y bienestar también del cuidador

 

Hay que tener en cuenta que se está produciendo en la relación, un cambio de roles y emociones. Es natural para el cuidador sentirse enojado, frustrado, exhausto, solo o triste. Aquí es donde aparece el estrés del cuidador (el estrés emocional y físico por cuidar a su ser querido).

 

Los cuidadores que experimentan estrés, pueden ser vulnerables a cambios en su propia salud. Los 3 factores de riesgo principales del estrés del cuidador son: 

 

a)    Vivir con la persona a la que cuida (sin  haberlo ´el/ella elegido)

b)    Incremento del aislamiento social por pérdida de su tiempo

c)    Falta de habilidades de afrontamiento y dificultad para resolver problemas

Al convertirse en una persona que tienen que cuidar, es común que la persona se concentre tanto en su ser querido, que no se da cuenta de su propia salud y bienestar, con lo cual, comienza el riesgo de caer en un estado depresivo u otros problemas de salud.

 

A continuación, indico los 3 principales signos de estrés del cuidador: 

  • Sentirse abrumado o constantemente preocupado por convivir con la persona afectada. No dormir lo suficiente
  • Irritarse o enojarse con facilidad y perder el interés en actividades que solía disfrutar
  • Tener dolores de cabeza frecuentes, dolor corporal u otros problemas físicos 

 

La frase “Cuidar al Cuidador” está ya muy usada, pero sigue siendo algo que no se lleva a cabo lo suficiente,

pero es necesario y prioritario. 

 

Rebeca González (Psicóloga)

 

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