¿EN QUE OBJETOS SE PUEDE UTILIZAR BEPREVENT?

 

Cuando hablamos de patrones de conducta hablamos generalmente de actividades.  Los patrones de conducta son actividades que realizamos en nuestro día a día con cierta periodicidad. Dentro de la individualidad existente en los patrones de conducta casi todos tienen un punto en común: el uso de objetos en dichas actividades.  Sean actividades básicas de la vida diaria como la ducha (donde damos uso a objetos como la esponja, el jabón, la alcachofa de la ducha, la toalla) o sean actividades más instrumentales como la limpieza del hogar (donde utilizamos objetos como una escoba, una fregona, un cubo etc.). La gran mayoría, por no decir todas las actividades, implican el uso de algún objeto de nuestro hogar. Es simple, el mero hecho de realizar una actividad implica interactuar con el entorno y nuestro entorno está repleto de objetos.

 

Dichos objetos además de tener un objetivo funcional o práctico tienen una misión menos conocida, la personalización de nuestra vida. Desde la escoba que compramos hasta el tamaño de la olla donde cocinamos están personalizando nuestro entorno.

 

Pero ¿Qué funciones cumplen los objetos? ¿Para qué los queremos? Aunque la pregunta, a simple vista, parezca sencilla son múltiples y complejas las funciones que las «cosas» pueden desempeñar: 

  1. ·     Su función utilitaria (uso) es probablemente la más evidente. Es la dimensión de herramienta que tienen todos los objetos. Pero muchas herramientas se convierten en algo inherente al propio trabajo (el bisturí para el médico, el cuchillo para el carnicero, el coche para el taxista, la pelota para el futbolista, etc.) por lo que no pueden considerarse sólo como meros medios. Son a la vez instrumento e identidad.
  2. ·      Como reflejo de estatus y dominio social. Hay objetos que pueden no tener un uso real pero que reflejan poder como los bastones de mando de los alcaldes, la corona de un rey, o más cercano, el mazo de un juez.
  3. ·     Como fuente de afecto que ayudan a satisfacer ciertas necesidades emocionales, a superar la ansiedad de la separación o la pérdida o que nos sirven de consuelo y compañía ante la añoranza o la soledad (fotos, libros, reloj o regalos realizados por personas queridas).
  4. ·    Objetos de dominio y control de uno mismo y del mundo que proporcionan al sujeto la sensación de control sobre su entrono (amuletos, objetos religiosos).
  5. ·    Objetos de identidad personal y que definen el yo. Algunos objetos, por su reiterada relación con la persona, pueden dar una idea del propio sujeto. Son parte del ella y, por tanto, pueden ayudar a recordar distintos aspectos o facetas. Permiten reconocer a la persona a través del objeto (por ejemplo: el bastón de Antonio Gala, las gafas de John Lennon). Estos objetos funcionan en las personas mayores como reforzadores, evitando en algunas ocasiones la desorientación personal.
  6. ·    Objetos como elementos del pasado. Los objetos, sobre todo en la edad adulta y en la vejez, funcionan como punto de apoyo que permite al sujeto decir «yo soy quien he sido siempre». A través de este tipo objetos el sujeto puede percibir su continuidad a lo largo del tiempo. Podemos decir que los objetos funcionan a modo de «fotografías del pasado» que generan recuerdos, sentimientos, etc., o incluso, pueden servir también de unión con personas ya desaparecidas.
  7. ·    Objetos como elementos del futuro. Este significado comprende dos aspectos: a veces las metas u objetivos que se marca una persona se encarnan en determinadas posesiones. El mejor ejemplo son los anillos de boda que simbolizan la relación afectiva entre dos personas y el proyecto de futuro iniciado. El segundo aspecto se refiere a las posesiones cuya finalidad es lograr de algún modo la supervivencia después de la muerte (por ejemplo: el testamento, cartas, fotos, cuadros, etc.).

 

 

Cómo vemos los objetos de nuestra vida tienen un valor más allá del uso funcional. Es por eso que Beprevent adquiere una importancia especialmente relevante en el hogar. De hecho, no es Beprevent quien adquiere importancia, sino el objeto sobre el que colocamos Beprevent.

 

Es por ello que, para facilitar el uso de nuestro dispositivo, desde nuestro modelo teórico hemos simplificado las funciones de los objetos y las hemos relacionado con las necesidades de las personas:


  •  Objetos de seguridad: Son objetos que nos ofrecen información sobre el funcionamiento de las personas en situaciones que pueden suponer algún riesgo. En los domicilios, en especial en los domicilios de los mayores, existen algunas actividades que implican un riesgo de accidente mayor. Estos pueden ser la puerta de la casa, la caja de las medicinas, la mampara de la ducha, la puerta del baño, etc. El objetivo de etiquetar (poner un sensor Beprevent) estos objetos es que el familiar conozca que actividades como el aseo, la ducha o la toma de medicación se han realizado correctamente dando así sensación de tranquilidad a los allegados. 
  • Objetos de actividad diaria: Son los objetos enfocados a realizar nuestras actividades más cotidianas. Este tipo de actividades se encargan de dar una estructura temporal a nuestro día a día. Sin darnos cuenta organizamos nuestro día en base a estas actividades. Nuestro día a día está marcado por la hora a la que nos despertamos, la hora a la que desayunos, la hora a la que comemos o la hora en la que vemos la telenovela al inicio de la tarde. Este tipo de actividades nos ofrecen información de que nuestro día a día sigue como debe seguir, sin contratiempos. Los objetos relacionados con estas actividades, como es evidente, dependerán de manera más especial de la rutina e individualidad de la persona, pero los más frecuentes suelen ser la puerta del frigorífico el microondas, el cajón de las sartenes, la máquina de afeitar, el neceser, cepillo de dientes, despertador etc.
  • Objetos de felicidad: En muchas ocasiones son los menos atendidos por los profesionales, en cambio son de los más importantes para los usuarios. Están relacionados con las actividades de ocio, aficiones y actividades placenteras. Son objetos como el mando de la TV, la bolsa de la costura, un rosario, una guitarra, una radio o una caja de pinturas. Estos objetos al ser especialmente significativos nos dan información especial sobre el estado de ánimo de la persona, pues el realizar este tipo de actividades las realizamos cuando nos sentimos bien o queremos relajarnos. 

Es importante remarcar que esta clasificación no es una clasificación estanca. Un mismo objeto puede encontrarse dentro de dos categorías diferentes para una misma persona. Por ejemplo, el mando de la televisión puede ser un objeto de felicidad pues lo utilizo para encender la TV al ver el programa que me gusta a la vez que puede ser un objeto de la vida diaria pues dicho programa es a una hora concreto y la da estructura a mi día a día.  Igualmente, un pastillero puede ser un objeto de seguridad pues es muy importante para mi diabetes tomarme la medicación a la vez que es un objeto de actividad diaria pues esas tomas marcan mi inicio del día en el desayuno. 

 

 

Los objetos de nuestra vida van mucho más allá de su funcionalidad, marcan nuestro día a día, nos ofrecen seguridad e indican nuestro estado de ánimo dando significatividad a nuestras actividades. Es por eso que desde Beprevent vemos en los objetos el mejor aliado de la tecnología para la supervisión y la intervención en patrones de conducta. 

 

Para cualquier cosa, en los siguientes links puedes contactar con nosotros:

https://www.estimulacioncognitiva.info/tecnolog%C3%ADa-beprevent/

 

https://beprevent.es/contacto/ 

 

Gracias y un saludo